Este fin de semana ocurrió algo insólito en mi vida, de hecho nunca imagine que me pasaría algo así. Aunque para muchas niñas tal vez sea lo mejor que les pudiera pasar. Me levante a uno de los traquetos más duros de la ciudad.
Ocurrió en un bar, me encontraba con mi novio y unos amigos. Todo iba súper bien, la rumba estaba en su punto mas alto hasta que de pronto en la mesa de al lado llego un grupo de hombres y mujeres, yo no le puse mucha importancia, de hecho ni sabia quienes eran. Aunque yo estaba como si nada todo el bar se trastorno pues si sabían quien había llegado.
Cuando estaba bailando vi que alguien me estaba haciendo caras y me llamaba con la mano, pero simplemente gire la cara y seguí normal. Le pregunte a mi novio si sabia quienes eran lo que acababan de llegar y el me respondió: “uno de los traquetos mas duros de la ciudad con su combo”. Yo anonadada me senté, mil pensamientos llegaron a mi cabeza pero no quise decir nada y continúe con la fiesta.
Por un momento me quede solo con Diana, pues los demás fueron al baño. Mientras esperábamos un tipo se tropezó conmigo, cuando voltee era el mismo que me estaba haciendo señas y me dijo: hola, discúlpame. En ese momento mi corazón comenzó a latir tan rápido que parecía como si hubiera corrido en una maratón, me dio muchísimo miedo y me acorde de todos los casos que había escuchado sobre este tema. Cuando llego mi novio me pregunto que me había pasado pues estaba de mil colores, la verdad no quise alarmarlo y le dije que nada, sin embargo mi cuerpo temblaba del susto.
Mientras que todo el grupo bailaba yo decidí ir al baño, de salida me encontré con el tipo, el muy decente me pregunto mi nombre pero yo hice como si no lo hubiera escuchado y di unos pasos, de repente escuche: Oye, ¿que como te llamas? Pero en un tono de furia. Asustada le dije: Marina. Y Salí del baño casi corriendo. Se me hizo eterna la llegada a donde mi novio, aterrorizada lo abrace y le suplique que nos fuéramos, me pregunto que porque y yo no le di ninguna respuesta solo le dije que después le contaba.
Pasaron unos minutos y nos despedimos de nuestros amigos, cuando íbamos de salida unos tipos nos cerraron el camino, me cogieron del brazo y me dijeron: Un amigo te necesita, señalando al traqueto. Mi novio no sabia que hacer y yo mucho menos, de hecho casi me pongo a llorar. Cuando estábamos en esa enfrentamiento uno de nuestros amigos llamo al dueño del bar y fue a donde nosotros estábamos. Le contamos que era lo que estaba pasando y nos ayudo a irnos. De regreso a mi casa estaba como un papel, pálida del susto tan tenaz que había pasado. Gracias a Dios todo salió bien y no paso de ser solo un susto.